El pasado sábado 4 de marzo se llevó a cabo, en el medio de una descomunal ola de calor, la segunda presentación de nuestra revista. Y decimos descomunal porque nadie lo eperaba y se trata del mayor período caluroso que registra nuestra historia en este mes.

    Musicalizado con las melopeas incomparables de las Andrews Sisters, Bing Crosby, Nina Simone, Smith y sus Pelirrojos y otros grandes de los años ’40 y ’50, arrancó a las 17hs. la recepción mientras los concurrentes llegaban tímidamente debido al calor.

   Afortunadamente, y a pesar de la inclemencia meteorológica, el evento tuvo lugar finalmente pasadas las 17,30hs. Sin embargo, y precisamente debido al factor calórico, el transcurso fue más breve que en otras coasiones. Cuando se escucharon una vez más los acordes del tema de la serie “Happy days”, se supo que empezaba oficialmente el show.

    Arrancó como siempre Carles Ros Más, nuestro anfitrión del eterno buen humor. Con una sonrisa, recibió a todos y generó una breve pero precisa introducción para profanos y conocedores, acerca de la Biblioteca Ansible que funciona en el Café Artigas y su relación con nuestra revista, a la que siempre apoya irrestrictamente.

    Lo siguió Christian Vallini Lawson, con una presentación sobre la sólida marcha de la revista y sobre el último número hasta ahora: el 8, donde aparece un Hito de la literatura argentina: María Granata, que tiene 101 años y goza de un humor jovial, viviendo allá en su casona de zona sur. Ella es la autora de tapa de Sensacional 8. “¿Cómo no íbamos a publicarla si todos crecimos con sus cuentos?”, se preguntaba Christian.

     A continuación presentó –palmas mediante- sobre el dúo de invitados: dos autores distintos pero que juntos fueron dueños del ritmo toda la tarde: los señores Walter Pérez Blanco y José María Marcos. ¿Qué decir de dos escritores tan talentosos, que siempre aportan algo distinto a cada narración y no meramente una acumulación de palabras?

    Lo más importante: hicieron reír a todos con su tono risueño, desgranando dos temas particulares. Walter Pérez Blanco está por aparecer en uno de nuestros próximos números con varios relatos.

    El sábado se dedicó a ponderar risueñamente el rol y la importancia de publicar en papel hoy en día, en una época donde manda taxativamente lo digital… aunque paradójicamente todos, absolutamente todos los autores o aquellos que desean publicar, quieren hacerlo en papel impreso. Y de ahí saltó al rol de Sensacional en esta coyuntura.

    José María Marcos, célebre autor de libros como Los fantasmas siempre tienen hambre (2010); Desatormentándonos (2020); Monstruos de pueblo chico (2015) y otros, expurgó con notable humor los aspectos no literarios de nuestra revista, es decir; las publicidades y el diseño gráfico, que también recrean en su estética toda esa época retro que tanto le llama la atención al público. Ambos lo hicieron con un humorismo cómplice que le sacó sonrisas a todos los presentes.

    Cuando finalizaron la breve exposición, hubo algunas preguntas del público que fueron evacuadas, y se procedió a realizar un sorteo de regalos sorpresa. El primero era un poster en papel glossy de la publicidad del evento: con la imagen de la chica bailando y el cohete. Luego le llegó el turno a los tres CDs armados especialmente con música de Sensacional, es decir, la música de época que caracteriza y acompaña nuestros encuentros. En esta ocasión el CD contenía canciones de variado ritmo que conformaban los éxitos populares de las décadas del ’30, ’40, ’50 y comienzos de los ’60. Destacamos también el gesto de Fabián Juarez, autor del cuento “Foto en la Luna” (Sensacional 8, Enero-Febrero 2023) que tras ganarse uno de los CDs lo donó a una chica presente, pues él ya tenía esas canciones. Noble gesto para un noble amigo de la casa y autor.

    Como el calor se hacía sentir con sus tentáculos invisibles, pronto se invitó a la concurrencia a pasar a ver la exposición con los ocho números aparecidos de Sensacional hasta el momento, para luego quedar liberados. Aquí volvieron a escucharse los acordes de la canción “Días felices” como despedida, mientras nuestros lectores y los curiosos se acercaban a comprar al stand distintos ejemplares de la revista. La venta superó nuestras expectativas y ayuda a que la aventura continúe.

    Agradecemos a cada uno de los presentes por haber tenido la valentía de ir en medio de la susodicha ola de calor casi atómico y acompañarnos en una jornada tan agobiante, hecho que demuestra la fidelidad de  nuestros lectores, realmente únicos. Para nosotros, cada uno de ustedes es importante, y por eso nos gusta conocerlos y charlar en estas oportunidades.

    Fue una tarde feliz.